Sobre todo en estos tiempos en los que la falta de profesionales en Salud Mental es tremendo, sobre todo en España dentro de la Sanidad Pública. El número de psiquiatras y psicólogos es muy inferior al que se necesitaba sin el crecimiento de atenciones en Salud Mental, experimentado tras la Pandemia de Covid.
Las personas que están pensando en suicidarse mandan señales muchas veces sin darse cuenta, que todos debemos reconocer para ayudarles antes de que sea imposible. En esas fases claramente distintas hay una primera que es la más sencilla de intervenir, si somos capaces de detectar ciertos comportamiento suicidas en su forma más inicial.
Los profesionales del Salud los conocen bien, pero muchas veces tenemos que ser las familias y amigos los que los detectemos y pidamos ayuda. O informemos a la familia de ciertas sospechas. Hay que saber que la persona que piensa en esto, raramente lo verbaliza en sus círculos más cercanos.
Y las personas que tienen intención de suicidarse muy pocas veces acuden a consultas médicas o incluso muchas veces las decisiones finales las toman con muy poco tiempo y sólo sus círculos cercanos las pueden detectar.
Es muy importante adelantarnos incluso a los deseos de suicidio, pues aunque no se logre el objetivo, siempre deja heridas tremendas en el protagonista y en la familia. Por eso es tan importante la prevención y la asesoría de los profesionales.
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